La
verdad es que en esos planes iniciales del verano me reservaba una entrada de
sardinas para mi bajada a Salobreña, sin embargo enredando en internet esta
tarde me he encontrado con una receta griega – las sardeles plaki – que ha
desbaratado todos mis planes; la receta ha aparecido por casualidad, cuando
buscaba el nombre de algún pescado autóctono griego por la red; no es muy
complicada, pero la breve entradilla que la acompañaba era sumamente evocadora.
La
página web en cuestión se llama In the food for love, es española, aunque no lo
parezca - http://inthefood4love.blogspot.com.es/2012/05/sardinas-con-calabacines-al-horno.html
-, y arranca de este modo: “Sabores de Lesbos es un recetario maravilloso,
repleto de recetas cuidadas al detalle, buenos consejos prácticos y excelentes
fotografías. Pero en su libro, Effie no solo nos descubre la rica tradición
culinaria de su isla natal, Lesbos, sino que también relata con mucha chispa
recuerdos de su infancia, cuando recopilaba en un cuaderno las recetas que
pedía a su madre, su abuela, las madres de sus amigas, sus vecinas, etc. Nos
cuenta, por ejemplo, cómo su abuela cruzaba en barca dos veces al año a la
cercana costa turca para ir a recoger la cosecha que producía el terreno de sus
suegros. Y la barca regresaba rebosante de legumbres, uvas pasas, pasturmás
(chacina de tradición bizantina elaborada mediante el curado de carne de vacuno
o incluso de camello), longanizas, delicias turcas, berenjenas secadas al sol,
ristras de tomates, frutos secos, orejones, agua de rosas y rakí (aguardiente).
Entremezclados con las especias y las cacerolas, este y otros muchos recuerdos
reflejan una parte de la historia moderna de Grecia”.
Podría
lanzarme un farol y contar que navegando en balandro frente a las costas de
Lesbos gané la orilla a nado para tomarme unas sardinas en un chamizo en la
playa; no será así, viajo en un barco grande, en un crucero, y Lesbos no está
entre las paradas previstas, ni pasamos cerca.
Para 4-6 personas
Ingredientes:
1
kilo de sardinas
3 tomates maduros grandes
½ kilo de calabacines
1 buen puñado de perejil fresco, picado muy
finito
3 dientes de ajo laminados o machacado
1 taza de aceite de oliva
80 ml de vino blanco o 1 vasito de ouzo
1 c.s. azúcar
Sal
Pimienta negra recién molida
Elaboración:
Precalentamos el horno a 170ºC.
Limpiamos las sardinas quitándoles las tripas
y las escamas. Retiramos la cabeza y la espina. Las lavamos muy bien y las
dejamos escurrir sobre papel de cocina.
Lavamos los tomates y retiramos las semillas.
Los pasamos por el rallador de mayor grosor y desechamos la piel.
Lavamos, secamos y troceamos los calabacines
en láminas finas.
Pincelamos un molde para horno con la mitad
del aceite, distribuimos las láminas de calabacín en filas y las sazonamos.
Cubrimos con los filetes de sardinas, añadimos el tomate y el vino, y agregamos
la sal, el azúcar, la pimienta y el perejil. Añadimos el ajo y el resto del
aceite.
Horneamos durante 20-25 minutos
aproximadamente.
Sugerencia:
si deseamos obtener un sabor aún más pronunciado, podemos sustituir el perejil
por albahaca fresca.-
Me
atrevo a meterle un poco de mano a la receta planteando la posibilidad de
presentar el plato con un poco de ralladura de cáscara de limón, en alguna
ocasión tendré que escribir sobre la buena/mala relación entre los cítricos y
los pescados.
Buceaba
en la red buscando un cuadro con peces plateados, supuse podría ser algo de
Klee, al final me llevé una sorpresa divertida ya que hay un pintor cubano muy
joven que se llama Yampierre – se escribe así, lo prometo – Sardina; se venden
sus cuadros a poco más de 35 euros en la red; me encanta la desfachatez con la
que algunos países sudamericanos se pasan por el forro la vieja tradición de
poner nombre en Europa, Yampierre bien merece un hueco en el corazón del
diletante, que este atardecer no alcanzará las playas de Lesbos, aunque no
descarta hacerse con unas sardinas en cualquier otro puerto.
Rico plato de sardinas que me ha recordado a unas que comí asadas en Santurce y nunca he vuelto a comer otras semejantes y creo nunca haberlas hecho debido al tremendo olor que dejaban en la casa pero en cuanto tengo ocasión las pido. El bodegón de luminosidad y colorido excepcional, nos descubres pintores sorprendentes. Jubi
ResponderEliminarQue buenas las sardinas así ummmmmmm
ResponderEliminarGracias, Diletante, por tan bonita mención. Deseo que tu viaje a Grecia sea inolvidable. Si necesitas referencias de restaurantes en Atenas, no dejes de escribirme.
ResponderEliminar