domingo, 7 de febrero de 2021

Capítulo DLX.- Sopa de verdura o Minestrone. Cuestión de perspectiva.

Si digo que hoy voy a escribir sobre la sopa de verdura seguramente la mitad de los posibles lectores desconectarán. Si afirmo que mi objetivo de hoy es hablar de la sopa juliana puede que tenga más suerte, llegarán las reminiscencias de las recetas de la abuela. Si titulo la entrada Minestrone el resultado será sensiblemente más favorable. Los italianos son grandes vendedores, no cabe duda. Por eso hoy la entrada se titula Minestrone al pesce, con el ánimo de que pueda enganchar a muchos lectores. Con la vida pasa algo muy parecido a lo que sucede con la habilidad de los italianos para fascinarnos. Si hace un par de años no hubieran dicho que llegaría un día en el que podríamos trabajar desde casa sin que eso levantara recelos, sin que nadie cuestionara nuestra productividad. Si nos hubieran asegurado que podríamos pasar horas y horas sin interrupción con nuestra pareja y nuestros hijos, tiempo de calidad en el que podríamos pensar en común. Si nos hubieran asegurado que todos los días podríamos bajar al mercado a comprar la carne o el pescado del día, al mejor de los precios, con una oferta casi ilimitada de productos que hasta ahora sólo llegaban a las cocinas de los restaurantes de lujo. Si me hubieran asegurado que todos los días tendría tiempo y espacio para cocinar, sin límite, desayuno, comida, cena, panes, pasteles, bollos y galletas. Si hace un par de años nos hubieran asegurado que se reduciría el número de bares por habitante en España (hasta ahora 1 por cada 175 habitantes, un porcentaje con el que ningún país del mundo puede competir) y pasaríamos a tener una ratio equivalente a la de Alemania hubiera pensado que era imposible. Nadie creía que podría pasear por una ciudad que no estuviera infectada de turista, que podría visitar museos sin tener que hacer colas interminables. Todos pensábamos que eran parámetros de confort imposibles de alcanzar, ahora hemos comprobado que, mal administrados, pueden ser una pesadilla. Después de 47 semanas con la realidad embargada podríamos pensar que lo que nos ha tocado en suerte es una triste sopa de verdura o una sabrosa minestrone con más de 20 referencias vegetales. Mientras esperamos obedientemente a volver a lo que antes llamábamos normal, he cocinado una sopa de verduras que pretende conectar con el juego de olores suaves de Henry Le Sidaner,(https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/c1/Le_Sidaner%2C_Le_table_bleue%2C_Gerberoy.jpg). Empezamos, como no podía ser de otra manera, poniendo un chorrito mínimo de aceite en una sartén muy grande, o en una cacerola (uno de los secretos de la receta es hacerla en el mismo cacharro). Mientras calienta lentamente el aceite picamos muy fino un diente de ajo (1er. vegetal), media cebolla (2º) y medio puerro (3º). Tenía que picarlos muy finos para que los niños no se quejaran mucho, cuando notan mucho los trozos de verdura protestan. Se renueve poco a poco, que empiecen a sudar. A continuación va una rama tierna de apio picada en briznas (4º), medio calabacín en dados (5º), media zanahoria (6º) también en dados y 100 gramos de calabaza (7º) también en daditos pequeños. Había despistado por la nevera un trozo de pimiento rojo (8º), corté una punta del pimiento, no más, no quería que hubiera ninguna verdura que tiranizara el sabor. Con cada verdura que se suma al guiso hay que ir dándole un meneo a la sartén, para que los ingredientes se vayan mezclando e integrando. Seguí picando, esta vez una patata morada (9º), otra monalisa (10º), un puñado de judías verdes planas (11º). Puse un par de pizcas de sal para que terminara de sudar la tanda principal de verduras. La sal permite que terminen de eliminar líquido. Conviene no dejar de remover con un cucharón de madera para que no se peguen en exceso las verduras y amarguen el plato. Eché al sofrito un par de vasos de caldo de pescado, subí un pelín el fuego para que no tardara en romper a hervir. Llegaba el momento de las especias, que también cuento como vegetales: Pimienta blanca (12º), perejil picado (13º), orégano (14º) y tomillo (15º), más una hojita de laurel (16º). Mientras hierve la mezcla cogí dos cogollos de lechuga (17º), que corté longitudinalmente antes de picarlos e integrarlos con el resto de vegetales. Los trozos más pequeños, especialmente las patatas, han empezado a deshacerse y a espesar el caldo. Llega el momento de añadir el caldo de pescado que tenía preparado desde el viernes, una cabeza de merluza y las raspas, que iban con el resto de vegetales hasta llegar a los veinte prometidos (nabo – 18º -, chirivía – 19º - y una ramita romero -20º). Eché un litro largo del caldo de pescado, dejé el fuego fuerte para que hirviera de nuevo y mezclé todo bien, para que quedara un caldo espeso, lleno de colores y de matices. Los italianos seguramente optarían por rematar la receta con un tazón de judías blancas previamente hervidas (unos fagioli), o unos fideos. Yo he optado por lanzar una docena de tomates cherri (21º) para que exploten sin llegar a deshacerse y un par de huevos duros bien picados (no cuentan como vegetal, pero a saber lo que comieron las gallinas que los pusieron). Llega a la mesa una sopa espesa, un caldo denso y sabroso que llena la cuchara de pequeños tropezones. No hubo ninguna queja, aunque cuando enumeré el número total de referencias vegetales los niños dijeron que con el plato de sopa cubrían el mínimo de verduras necesario para toda la semana.

3 comentarios:

  1. Qué maravilla de sopa!! La voy a hacer esta semana.(también la tomarán los niños)

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    Respuestas
    1. Si vas a preparar la sopa dos detalles que se me olvidaron de la receta:
      1) Después de añadir la cebolla y los puerros le eché unas hebras de azafrán, que fueron tiñendo la verdura.
      2) Antes de ponerle el caldo, incorporé una cucharada sopera de tomate frito, ayuda a que el caldo tome un poco más de cuerpo (en vez de tomate frito puedes añadir un chorrito mínimo de salsa de soja - tampoco se nota - o de tabasco - se nota un poco más).
      Gracias por el mensaje, ya me contarás como ha quedado.
      El truco para que la tropa no proteste es que la verdura quede picada muy fina.

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  2. Tiene buena pinta! Gracias por los detalles para la sopa.

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