¿Qué sucedería si un tomate se fuera una
noche de juerga con una botella de jerez? Parece un chiste tonto, de esos que
cuentan los niños con seis o siete años. Con esta broma me puse a trastear hace
unos días. El punto de partida fue un platillo del Alkimia, un restaurante de
Barcelona que ha estrenado nueva ubicación. El plato pretendía ser sencillo, diversas
presentaciones de tomate sobre una base de queso fresco. Uno de los tomates
estaba marinado en jerez. Con estos mimbres el sábado pasado pese a no tener
cocina busqué un fogón cercano para hacer el experimento.
Esta es buena época para comprar tomates,
sobre todo si se compran directamente a un huertano, todavía se venden tomates
en las cunetas de algunas carreteras secundarias.
En Alkimia había confitado unos tomates
cherry de los italianos, esos que son como un tomate de pera español pero un
poco más pequeños, muy sabrosos y muy dulces. Yo opté por unos tomates de pera
más grandes, carnosos, maduros … Hay un elemento erótico en el tomate que me resulta
imposible eludir.
Pelé los tomates con mimo, podría haberlos
escaldado un poco pero preferí utilizar un cuchillo afilado para pringarme bien
los dedos. Los pelé sobre un bol para no perder nada. Usé sólo tres tomates, me
arrepiento.
Busqué una cacerola vieja, puse los tomates y
los cubrí de aceite de oliva (virgen. Cualquier otro sería un pecado). El fuego
al mínimo. Añadí unas semillas de comino, pocas, no hay que matar el gusto del
tomate; también rallé dos bolitas de nuez de Jamaica y una pizca mínima de
cúrcuma. Una cucharadita de sal y media de azúcar.
Pasados 7 minutos le di la vuelta a los
tomates, para que confitaran bien. 7 minutos más y corrí a escurrirlos. Una de
las gracias del plato es que el tomate quede entero, que no se deshaga.
Escurrí los tomates y reservé el aceite (me
sirvió para hacer otros guisos durante el fin de semana). Dejé que se atemperaran
un poco y los metí en un bote de los de conserva, un bote suficientemente
grande como para que un tercio de su capacidad quede vacío.
Había una botella de jerez, Tío Pepe. Cubrí
los tomates ya confitados con el jerez y cerré el bote, no hacía falta cerrarlo
al vacío porque los íbamos a consumir al día siguiente. Tampoco metí el bote en
la nevera, pensé que sería bueno que el tomate fuera perdiendo temperatura de
modo natural, sin fríos añadidos.
Los tomates durmieron en jerez toda la noche,
se emborracharon bien y, a la hora de comer, los recuperé con ayuda de un
cucharón, no quise que escurrieran mucho.
En una bandeja amplia había puesto unos
trozos de queso fresco y cubrí el queso fresco con los tomates confitados. Una
pizca mínima de escamas de sal, otra pizca menor de pimienta y un chorrito de
aceite de oliva virgen para que terminara de dar brillo.
Feo es decirlo, puede parecer autobombo, pero
los comensales quedaron sorprendidos, mojaron en la salsa y se quedaron con
ganas de otra bandeja más grande.
Tal vez el queso fresco quedó apagado por la
potencia del tomate emborrachado, en otra ocasión buscaré un queso que tenga un
punto de acidez que le permita asomar la cabeza, eso o un manchego tierno, que
suelen comportarse con nobleza. Habrá quien piense que los quesos patrios
pueden sustituirse por una burrata, es otra opción.
Encantado con mi receta – otro día intentaré
escribir sobre el restaurante Alkimia -, he buscado dos cuadros que se llevan poco
menos de trescientos años entre sí, un bodegón de Luis Meléndez y un dibujo de
Arikha Avigdor.
Estoy esperando el desayuno y se me ocurre leer tu rica receta y se me está haciendo la boca agua, los tomates me chiflan sobre todo crudos con sal y aceite (los de ayer "espectaculares"). Los bodegones, muy apropiados al momento. Jubi
ResponderEliminarOye, qué buena e ingeniosa receta. Yo si la hago!!!
ResponderEliminarSe me ha ocurrido que le pongas de nombre Tomatito, como el guitarrista, ya sabes fusión entre jazz-flamenco. Esta sería,fusión entre Jerez y tomate=Tomatito Fusión.����
Es que no salen los emoticonos?
ResponderEliminarMe encantan los tomates. Forman parte de mi dieta diaria.
ResponderEliminarHay unos tipo megapera, grandes, q se pelan muy bien maduros.
Recomiendo un hortelano de la riera de Arenys de Mar q los tiene de muchas variedades. A cual mejor.
Puedes probar el queso de cabra. Tiene un sabor diferente. Yo lo consumo fresco y es excelente.
Unos besos a Jubi y buenas vacaciones a todos.
LSC
LSC, gracias, mis vacaciones son todo el año y las disfruto todo lo que puedo. Buen verano. Jubi
ResponderEliminarPues si que es original!! me lo apunto :D
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