Viendo los retratos de Frans Hals uno puede
hacerse a la idea de cuantos “trifásicos” puede llegar a tomarse un honrado
ciudadano.
Parece que la modernidad está reñida con el
trifásico, en los bares ya no se escucha habitualmente la demanda de
carajillos, trifásicos o similares; en Cataluña se utilizaba la palabra
cigalot, para referirse a un carajillo especial con ron negrita; en Valencia
hablan de biberón para referirse a un combinado de coñac, leche condensada y
café. Todos estos estos palabros tienen un deje más o menos libidinoso.
Hace años que no me tomo un carajillo, me
falta talento; sin embargo la palabra trifásico me resulta muy útil cuando me
manejo en los fogones, sobre todo si he de despistar a algún invitado.
Empleando esta palabra puedo referirme a un plato que lleve algo de alcohol –
normalmente cocino sin alcohol -, o de un plato preparado en tres fases, o tres
capas más o menos líquidas en equilibrio imposible.
Estoy trabajando en un trifásico para el
próximo sábado. Ahí va la receta:
Trifásico de guisantes servido en vaso de
cristal, vaso de sidrería.
En la primera capa unos trocitos de cebolla
frita crujiente, apenas un dedo de ancho. Para la cebolla frita – ha de quedar
crujiente como la que venden ahora en bolsas en Ikea – se necesita, claro está,
una cebolla hermosa que hay que pelar y cortar en daditos no muy grandes. Se
busca un tupper de los de capacidad para un litro, se ponen tres cucharadas de
harina especial para rebozar; se sala la cebolla y se mete en la cajita de
plástico, hay que cerrarla bien y darle un buen meneo a la caja para conseguir
dos objetivos: Que se desprendan bien los trozos de cebolla y que se impregne
cada todo bien de harina.
Se pasa la cebolla por un colador grande
para eliminar los restos de harina y se fríe en una sartén con abundante aceite
de oliva a temperatura alta – ojo sin humear para que no se arrebate.
Si hemos acertado con la temperatura la
cebolla rápidamente se dora.
Para escurrirla yo suelo utilizar el
colador, elimino todo el aceite escurriendo bien y dejando la cebolla sobre
papel de cocina. Primer nivel logrado.
Para el segundo nivel del trifásico
necesito hacer un puré cremoso de patata. Hace ahora dos años que arranqué esta
página robándole a Bocuse la receta del puré de patatas - http://undiletanteenlacocina.blogspot.com.es/2011/04/cap-ii-romanticos-del-pure-de-patatas.html
-; para el sábado puede que utilice la de Blumenthal, un poco más cremosa.
Para el tercer nivel una crema de
guisantes. Revisando vídeos de Ferrán Adriá, él aseguraba que los mejores purés
de guisante salen con guisantes congelados, yo utilizo las de la Sirena, unos
muy finos y dulces. Basta con hervirlos el tiempo que pone la bolsa,
escurrirlos bien de agua y pasarlos por el termomix con un poco de mantequilla
y dos yemas de huevo a 80 grados de temperatura, velocidad 7 tres minutos.
Para el cuarto nivel había pensado hacer un
huevo pochado, pero como somos 12 comensales creo que pochar una docena de
huevos puede romper el ritmo de la cena, por lo que al final haré huevos
pasados por agua – huevos tres minutos – que tendrá que romper sobre la salsa
cada invitado.
Unas escamas de sal de Maldon y puede que
unas chips de jamón serrano terminarán de adornar el trifásico.
Dorado crujiente abajo, blanco lechoso en
medio, verde clarito arriba, blanco inmaculado de la clara y dorado luminoso de
la yema. Si se combina bien el juego de colores y de sabores interesante.
Entretenido, muy lucido y vistoso plato ese "trifásico", tener cuidado con los "caldos" para que no se os ponga la cara de "borrachín" del señor del cuadro. ¿Cómo va tu inglés?. Jubi
ResponderEliminarMuy interesante el trifásico. Me lo copio!!!!
ResponderEliminarMe encanta ese trifásico.
ResponderEliminar¡ 12 comensales ! Buf, que trabajo !!!, aunque se que lo haces encantado.
Por cierto, guárdame las sobras de trifásico que cuando acabéis me paso a recogerlas. Yum, Yum....
:-D
LSC