Looking for Fragonard.
Hay días que los ves venir, espesos como
mocos de arranque de constipado. Días grises, que amenazan lluvia sin terminar
de romper. Hoy era uno de esos días, un jueves con vocación de lunes. Me he
despertado a las cinco de la mañana y a las cinco y diez estaba ya trabajando.
A eso de las once estaba derrumbado, tanto que me he tomado un platillo de
callos en el bar que hay debajo del despacho, unos callos gloriosos, tan
gloriosos que he remontado.
Los callos me los he tenido que tomar con una
caña de cerveza y varias rebanadas de pan, un tipo serio y circunspecto como yo
a las once de la mañana tomándome unos callos y una cerveza. El poco prestigio
del que dispongo ha quedado por los suelos, pero yo he alcanzado la gloria,
hasta el punto de haber remontado y he seguido trabajando duro hasta la una. No
había llegado el mediodía y había trabajado más de siete horas, objetivos
cumplidos.
Ante el riesgo de quedar de nuevo sumido por
un día plomizo he aprovechado un momento antes de comer para revisar cuadros de
Fragonard, Jean-Honoré Fragonard, un pintor rococó que no está muy de moda. En
principio Fragonard no está entre mis pintores preferidos, su estilo es un
tanto empalagoso, sin embargo, si uno se pone a bucear en su vida y en su obra
se encuentra con algunas pinturas deliciosamente carnales, deliciosamente
obscenas, deliciosamente carnales. Deliciosas en todo caso.
Convertir un día plúmbeo en un día Fragonard
tiene su encanto. Hay que luchar contra los elementos más adversos e imponerse
un Fragonard licencioso. Los cuadros de Fragonard son como postres llenos de
chantillí y de crema inglesa.
Antes de recoger a los niños, empapado ya de
Fragonardlidades, me he ido a hacer la compra, cuatro cosas para la cena (un
pollo guisado con puerros y patatas fritas). Pero arrastrado por las
circunstancias he metido en el carrito los ingredientes para una Carlota de
chocolate, una Charlotte au Chocolat. Un postre muy fragonardido.
La Charlota es un postre atribuido a Antonín
Carême, un genio de los fogones que no tuvo grandes problemas en inventar y
reinventar la charlota primero para la mujer del rey Jorge III, después para la
Zarina de Rusia, por eso hay una Charlotte a la parisina, después una Charlotte
a la rusa e incluso unas Charlotitas a la Salambó.
La receta tradicional de la Charlotte es un
poco complicada, sobre todo en tardes apresuradas como la de hoy, por eso pongo
un enlace de una bloguera de Gijón, los pasteles de Rosa, que hace se sumerge
en este postre y en su historia - http://lospastelesderosa.blogspot.com.es/2013/07/charlota-gijonesa.html.
Yo he encontrado una receta de Carlota de
Chocolate en una enciclopedia de cocinas por entregas que compré hace 10 años.
La receta es infinitamente más sencilla y espero que igualmente Fragonardosa.
Entre las siete y las siete y cuarto de la
tarde, mientras los niños se daban una ducha y el pollo terminaba de guisarse,
me he puesto a charlotear.
Los ingredientes son muy sencillos:
190 gramos de chocolate (yo he utilizado
chocolate con leche de repostería).
5 hojas de gelatina neutra (sin sabor)
50 cl de agua.
100 gramos de azúcar.
Un paquete de bizcochos de soletilla.
Yo he enriquecido la receta con una pizca de
canela, una pizca de pimienta negra y medio vaso de nata para cocinar.
Se pone el agua, el azúcar, el chocolate, el
golpe de nata y las especias en un cazo con el fuego mínimo. Se remueve poco a
poco hasta que se deshaga por completo el chocolate.
Con el líquido caliente se añaden las hojas
de gelatina previamente disuelta en agua. Con el fuego al mínimo se remueve
durante dos minutos.
Se deja reposar sobre el mármol 20 minutos,
hasta que pierda calor el chocolate. Mientras tanto se forra un molde de corona
con los bizcochos de soletilla. Se rellena el molde con la crema de chocolate y
se mete en la nevera para que cuaje (dos horas mínimo).
Mañana podré desayunar charlota de chocolate,
espero que sin darme el madrugón de hoy y sin necesidad de recurrir a Fragonard
para transitar.
Ánimo que mañana es viernes! Esta receta no parece tan difícil. Gran idea para un desayuno de domingo y con visitas en casa, quedas como una marquesa. ¡Bonitas redondeces las de la pintura! Cuídate y descansa. Cl.
ResponderEliminarVeo tienes buen humor a pesar de tener que hacer de amo de casa por unos días, en mis tiempos ese "cargo" no existía. La charlota me vendría bien después de que "el vampiro" venga en un momento pero hoy tenemos un problema, nos quitaron el agua anoche y esta es la hora que no han solucionado nada, claro que para lo que tenemos que hacer me quedaré en bata hasta que lo arreglen. Jubi
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