He escapado con la familia unos días a La
Rioja, un frio de mil pares de narices pero mucho sol, puede que hayamos
disfrutado de los días más claros del año, lo que por aquella zona es un lujo
de colores y de formas. No sé bien bien si La Rioja es una parte despistada de
Castilla o el principio del País Vasco, puede que el error sea asimilarlo a
sitios más reconocibles. No hemos bebido mucho vino – niños y coche obligan a
alejarse de las botellas, excepto si cenas en el mismo hotel y el trayecto de
la mesa a la cama se puede hacer a pie -; tampoco hemos visitado muchas bodegas,
no tiene mucho sentido.
Todas esas “privanzas” tienen la ventaja de
que siguen quedando muchas ganas de volver a visitar La Rioja puede que en
otras circunstancias y los viajes con niños pequeños suelen dar grandes
satisfacciones, tienen una manera de mirar la realidad mucho más divertida que
la nuestra, por eso pese hacer un frio polar nos reímos mucho paseando por un
canchal siguiendo huellas de dinosaurio, también fue peculiar el paseo por los
monasterios de Suso y de Yuso, aunque a uno de los pequeños le incomodaba
bastante ver las tumbas de condes y princesas desperdigadas por los soportales
y las capillas. A saber cómo procesal toda la información recibida, luego pasan
semanas metabolizando todos los rollos que les contamos y terminan por destacar
los detalles más peculiares.
Limitado el consumo de vino y las visitas a
las bodegas – da gusto verlas desde la carretera, una tras otra pasando de las
más tradicionales a los meros almacenes y a los caprichos de diseño pop – nos quedaba
el consuelo de la comida: pimientos rellenos, chuletillas, caparrones,
paletillas asadas, bacalao a la riojana … me faltó animo para el patorrillo y
las asadurillas.
No tiene mucho sentido hacer una guía de
viaje de la Rioja, hay otras mejores y más documentadas, guías que espero
consultar la próxima vez que viajemos para esas tierras.
De regreso a casa, sometido a la inevitable
desengrase a base de lechuga y verdurita, queda tiempo para intentar una
combinación probablemente imposible, la de intentar cocinar unos caparrones de
Anguiano escuchando el último disco de Caetano Veloso.
Vaya por delante que no soy muy aficionado
a la música brasileña y tampoco he sentido especial interés por Veloso, pese a
que reconozco que tiene talento y que seguramente ha intervenido en las piezas
más reconocibles de la bossanova. Medio por casualidad he escuchado en Radio
Tres estos días. Me ha sorprendido que un tipo que no tiene nada que demostrar
ya se embarque en un proyecto tan “moderno” y que arranque primero riéndose de
si mismo e introduciendo ritmos en principio ajenos a la música brasileña; la
primera de las canciones del disco es un melocotonazo que se titula “A bossa
Nova es Foda”, algo así como “La bossa nova está jodida” (http://www.rtve.es/alacarta/audios/cuando-los-elefantes-suenan-con-la-musica/).
En el disco saca todos sus matices de histrión y suena como si fuera un chico
de 17 años y no de los 70 que acaba de cumplir. Un tipo peculiar, que tuvo la audacia de insultar a Lula Da Silva y llamarle analfabeto cuando Lula nombró a Gilberto Gil ministro de cultura.
Mientras escucho por internet a Caetano en
la televisión española pone un reportaje sobre Florencia - Españoles en
Florencia, terminaremos siguiendo las andanzas de los españoles hasta por el
pasillo de nuestras casas. La primitiva Florencia nace de un poblado etrusco que
se llama Fésole y los italianos llaman fesoles a sus judías pintas, muy
parecidas a los fessolets catalanes, que merecen por sí solos un monumento.
Los caparrones riojanos pese a su nombre
contundente puede que sean unas legumbres más cercanas al fessolet catalán que
a la judía asturiana de toda la vida. Yo, enamorado de las legumbres, si puedo elegir
prefiero siempre piezas pequeñas.
Cocinar caparrones con Caetano – el disco
se llama Abraçaço, acaban de ponerlo a la venta hoy en Brasil y como por arte
de magia puedo escucharlo ahora mismo en casa. Canción 3 una melancólica estou
triste que va creciendo a medida que avanza -. Como digo cocinar caparrones con
Caetano obliga a suavizar algunas de las aristas del típico cocido riojano.
Es inevitable dejar remojar en agua un kilo
de caparrones – alubia de color borgoña no mucho más grande que la uña de un
meñique adulto -, si uno no se fía mucho del remojo siempre puede usar el truco
de añadir una cucharada de bicarbonato.
Remojados los caparrones se ponen en un
cazo con agua fría – suena pijo pero en ciudades como Barcelona conviene
cocerlas con agua mineral -. A la judía hay que asustarla tres veces con agua fría
para que no queden duras. Se cuecen con una cebolla partida en dos, tres
zanahorias, una hoja de laurel. Calculamos la cocción en 45 minutos (muchos
menos si es en la olla express, claro está).
Los caparrones riojanos llevan pimiento
choricero, tocino veteado y, en función de las manías del cocinero, o chorizo o
morcilla (yo las he probado con chorizo y con costilla de cerdo y me han sabido
a gloria).
Si partimos de la base de que algo tendrá
que influir Veloso en el guiso habrá que introducir algún elemento brasileño y
dejar el recio puerco hispano para mejor ocasión.
Para mis caparrones al caetano sustituyo el
cerdo por Picanha, que es una carne de vaca vieja o de buey de los cuartos
traseros, macerada en vino y en cebolla. Creo que puede quedar bien si la
picanha se corta en tiras finas y se rehoga con un par de chalotas bien picadas
y unas zanahorias en daditos, un diente de ajo, perejil. Entre las especias los
brasileños utilizan, con moderación, la canela y el clavo, una pizca de jengibre
también encaja bien, lo importante es que la combinación sea ajustada, se complementa
con pimienta roja. Se añade el sofrito a los caparrones y se deja la mezcla dar
un hervor durante 10 minutillos; si queremos que el caldo quede gordito en una
cuchara sopera sacamos cuatro o cinco caparrones, los chafamos bien con ayuda
de la parte cóncava de otra cuchara hasta que queden hechos puré, se añade ese
puré al caldo y se remueve con cuidado de que no se quiebren los caparrones. El
plato está acabado.
Como el guiso lo haré en casa podré abrirme
una botella de vino sin cargo de conciencia, puestos a ser mestizos puede que
busque hasta dar con algún vino argentino, una uva malbec que espero que me
disculpen los riojanos; estamos en plena transgresión de culturas y de sabores.
Todavía estoy a tiempo de marchar a la fundación Miró de Barcelona y comprar
unas servilletas de papel que reproducen un recortable de Matisse.
Vengo de la calle con un frío pelón y me encuentro con una receta contundente para combatir la temperatura. Ricas judías, seguro que con un buen plato ya entraría en calor duranate todo lo que queda de invierno y ya no digamos regado con un buen vino tinto, me da igual su procedencia. Mi periplo riojano siempre lo recordaré me divertí tanto disfrutando del clan "jubi" que ninguno lo olvidaremos ¿estás de acuerdo? El Matisse perfecto para la ocasión. Jubi
ResponderEliminarEsta entrada si me gusta.
ResponderEliminarDe las de diletante. Sin duda.
Te entiendo mucho. Andar por las tierras riojanas controlando el vino es muuuuuuy malo para la salud.
Tendremos que hacer otra excursión de mayores para darnos el atracón.
Voy dándole vueltas a la cabeza para hacer un evento de fans de diletante, encabezadas por JUBI, que no se pierde ni una (como es normal).
Mi última excursión a La Rioja está un poco "en neblina" en mi cabeza, es normal, pero prometo hacer un esfuerzo en recordar una tapa, o ración o algo parecido( a los catalanes nos cuesta diferenciarlo) con pimientos que era un escándalo, de buena.....
Que bien se vive, que bien se bebe, que bien se come, que bien........(aprovechando un momento optimista.
LSC
Gracias por contar conmigo, no dudes que encantada asistiría, comer y beber es un verdadero placer y sobre todo en buena compañía. Jubi
EliminarQué bien, me acabas de dar una idea para la comida de mañana, eso si haré una pequeña modificación, cambiaré los caparrones riojanos (que ya le gustarían a mi marido) por unas fabas, es lo que tiene vivir en Galicia, y en lugar de la picanha, pues pondré unas costillas de cerdo, que aquí también es más que bueno, por lo demás seguiré tu preparación.
ResponderEliminarSupongo que me quedarán buenísimas, pues con una materia prima como la que tengo la suerte de tener a mi disposición, sería vergonzoso que no fuera así.
Muchas gracias por compartir tus vivencias y tus recetas con nosotros.