Ayer estrenaron la nueva versión del Gran
Gastby en Cannes, mañana la estrenarán en España, tengo muchas ganas de verla
aunque seguramente me cabrearé como un mono con el montaje de Luhrmann, no
termino de tener claro que este tipo haya sido capaz de captar la esencia de la
novela y se habrá contentado con organizar un espectáculo de fuegos
artificiales.
El Gran Gastby es una novela ideal para diletantes,
apenas tiene 140 páginas y es de lectura en apariencia fácil, es una novela con
diferentes capas y la ventaja de que hay 4 versiones de cine que pueden aliviar
los momentos de debilidad.
Yo me he leído varias veces la novela y
ahora, con la excusa de la película, me la he bajado para el Ebook en inglés,
sigue siendo un buen ejercicio de diletancia.
No me habría importado nada haber podido
asistir a alguna de las fiestas que organizaba Gatsby en su mansión de los Hamptons,
sin embargo Scott Fitzgerald no le puso mucha atención a los menús, en la novela
aparecen hasta en 10 ocasiones escenas en las que beben sin mucho decoro, un
whisky tras otro, y sin embargo apenas hay un par de referencias a platos de
pollo, sin muchos detalles.
El Gran Gatsby pese a su brevedad permite
muchas lecturas, todas ellas complementarias. De todas ellas a mi la que
siempre me ha seducido ha sido la de la relación de Gatsby con el narrador,
Nick Carraway, un cobarde estructural que aprovecha su amistad con Gastby para
disfrutar de aspectos de la vida que hasta entonces eran inalcanzables, no se
trata de disfrutes materiales sino de la intensidad de una amistad que, a la
postre, resultaba interesada.
La historia de amor de Gatsby con Daisy,
amiga de Nick, no me emociona mucho; tampoco la historia de desamor de Daisy
con su marido Tom Buchanan, si los escarceos amorosos de Tom con su amante. Ese
entramado sentimental conforma una de las capas más evidentes de la novela.
El misterio de Gatsby, su pasado y sus
riquezas, conforman otra de las capas, envidiosos y especuladores aparecen y
desaparecen. La guerra, la gran guerra, también juega su papel. Hay también
espacios para el glamour, las grandes fiestas y, después, los momentos de
soledad.
La novela la pueblan todo tipo de cobardes
de todo pelaje, Carraway es un cobarde estructural, no es un miserable pero
resulta tan precavido, asume tan pocos riesgos, que se le escapa la mujer de su
vida. Carraway, sin embargo, es el único personaje que actúa de modo honesto;
supongo que no es complicado llegar a construir un personaje como Gastby,
incluso sabiendo desde el arranque es terminará perdiéndolo todo, sin embargo
construir un personaje como el de Carraway es más complicado.
Mientras escribo esta entrada en la
televisión ponen el programa de Chicote, que le está dando la brasa a un viejo
colega alcoholizado.
Como comentaba pese a que una parte importante
de la novela gira entorno a las fiestas que preparaba Gatsby para atraer a
Daisy, no hay prácticamente ninguna reseña gastronómica, aunque en las
películas – tanto la de Clayton como seguramente la nueva – aparecen bandejas
con majares deslumbrantes, ensaladas, fiambres, pastelillos y frutas.
No es sencillo encontrar un recetario
acorde con Gatsby, aunque a medida que se aproxima uno a Scott Fitzgerald van
apareciendo personajes como Gertrude Stein –eterna anfitriona – y Alice B.
Toklas, conocidas también por su amistad con Picasso. Alice B. Toklas recopiló
sus recetas en un libro en el que combina anécdotas con platos preparados.
Toklas cocinó varias veces para los
Fitzgerald y bien podría haber incluido alguna de las recetas del libro, como
la del pollo de medio luto, un plato que, con otro nombre, podría haberse
servido en las fiestas de Gatsby.
Para el pollo de medio luto hay que cocer
cuatro trufas en vino muy lento, en una cazuela tapada, durante 20 minutos.
Pasado ese tiempo se retira y se deja enfriar.
Se pone un pollo grande entero y eviscerado
en una cocotte con tapa de cierre hermético. Se cubre la mitad del pollo con
caldo de ternera, una cucharadita de sal, media de pimienta, un hatillo de
perejil, tomillo y media hoja de laurel.
Se pone a fuego medio y cuando rompa a
hervir se baja al mínimo.
El pollo necesita una hora de cocción.
Para terminar la salsa se calienta en una
sartén 125 gramos de mantequilla, dos cucharaditas de harina, tres cuartos de
litro de caldo de ternera y 60 gramos de champiñones picados. Se remueve con
suavidad para que engorde la salsa.
Cocinado el pollo se retira de la cocotte,
se escurre para desgrasarlo. Se añade a la salsa 120 ml de nata montada, las
trufas picadas y se trincha el pollo en una bandeja que irá unos minutos al
horno sin hervir.
Nada dice la Toklas pero la carne podría
servirse con una gran bandeja de arroz batsmati.
En el libro de la Toklas aparece una receta
de huevos revueltos que preparaba al pintor Francis Picabia, cuajaba 8 huevos
ligeramente batidos y trabados a fuego mínimo con mantequilla fundida, que se
añade casi gota a gota, como si fuera una salsa holandesa sobre una sartén a
fuego reducido.
Fitzgerald escribió el Gran Gatsby en 1925,
probablemente el equivalente a nuestro 2004. Para cerrar la entrada una cita con la que arranca la
novela: “‘Whenever you feel like criticizing any one,’ he told me, ‘just
remember that all the people in this world haven’t had the advantages that
you’ve had”. Un Consejo que Carraway recibe de su padre: Siempre que
sientas la necesidad de criticar a alguien recuerda que la mayoría de la gente
de este mundo no ha tenido las ventajas que tú has tenido.
Esa frase esconde la grandeza, también las
miserias de Gatsby y de su entorno.
Buen despertar con el cuadro de Picabía, tiene varios que me gustan mucho y lo del pollo al medio luto, estoy por dar a la cocinera la receta para cambiar, pues nos lo ponen con frecuencia y no le dan mucha imaginación al plato. Debo ser de las únicas a quién no le gustó nada el Gran Gasbi, pesada, lenta y ni Redfort ni la Farraw terminaron de gustarme. Rarita que soy. Jubi.
ResponderEliminarNada rarita Jubi, a mi tampoco me emocionó la película, pesada y lenta son mis adjetivos preferidos para ella.
ResponderEliminarLa entrada de diletante si que me gusta.
Os cuento que hoy he visto y oído a diletante en un evento que nada tiene que ver con las cocinillas. Ojala!!. Pues bien, dando un rodeo se ha soltado a hablar de la película ésta, en lugar del tema que todo el mundo esperaba, y ha dejado a todo el mundo "sorprendido". Jajajaja.
A mi, que conozco un poco a diletante,no me ha sorprendido mucho, entre otras cosas porque ya desde el principio he notado que no tenía muchas ganas de hablar sobre " su libro".
Grande diletante.
LSC
Termino con mi deporte favorito "la siesta" y me alegra ver que alguien piensa como yo del Gran Gasby. Del diletante ya no me sorprende nada y lo de hablar de su "libro" le debe tener frito, encuentro mucho más interesantes el resto de sus diversas facetas. Hoy tengo difícil noche pues mis "cuatro mosqueteros" son "antiblancos". Jubi
EliminarBueno, pues como la cosa se pone animadita, alla voy a ver la peli a la sesión de las 22.00h
ResponderEliminarA ver que nos ponen de cena Dile y luego te lo cuento.
Estuviste acertado Dile, serpertinas a lo loco y millones desmesurados, de eso se trataba ¿no?, pollo no había ni nada que se le pareciera. La única comida que caté fueron las palomitas.
ResponderEliminarMe acordé del pollo medio enlutado, ahora veo que es pollo de medio luto.
Los decorados totalmente irrales. Si me gustó mucho el vestuario. Como bien dices poca esencia de la novela; desdeluego muy comercial. A tope el cine.
Fried chicken