Sábado, veinticinco
de abril. Nuevo capítulo del Decamerón, quinta novela de la quinta jornada. De
nuevo una historia de enredo, jóvenes amantes que se buscan en la noche sin
mucha fortuna.
Hoy he cocinado
para los amigos un pollo al curry. Desde hace años un grupo de amigos empezamos
a salir, más allá del trabajo. Organizamos algunas comidas y cenas, a veces con
niños otras sin ellos. No es un grupo muy rígido, tampoco es especialmente
disciplinado. El único elemento que lo define como grupo es el wasap.
Podría ser un grupo
más, de los que se forman alrededor del trabajo, pero tenemos la suerte de
contar con gente excepcional, nuestras parejas, que consiguen sacarnos de la
rutina y hacer cosas especiales. Entre ellos tenemos un amigo que durante estos
años nos ha permitido vivir momentos muy especiales entorno a una mesa,
disfrutando de la comida, probando los guisos de cocineros clandestinos que harían
las delicias del más exigente de los gourmet.
Es una suerte tener
amigos especiales, que se preocupan por el bienestar y por el humor de todos,
amigos discretos, que quieren que todo el mundo esté contento, compartir su
felicidad, sus experiencias. Gente que sabe escuchar, que nos obliga a salir de
nuestras zonas de confort (término de moda). A veces es la propuesta de ir a un
karaoke un miércoles por la noche (lo tenemos pendiente), o acudir a la terraza
de un pescador de la costa a disfrutar de las mejores grandes del mundo,
organizan pizzas para que coman los niños, dejan sus terrazas para que podamos
tomar gintonics hasta que anochece (porque los padres de familia ya mayores
soportamos mejor el alcohol de mediodía que el de medianoche).
Estas semanas nos
conformamos con vernos por Zoom, los sábados a media mañana, antes hemos
intercambiado mensajes, listas de la compra y recomendaciones sobre cómo
arrancar uno u otro guiso. Cuenta un poco conseguir que lleguen los enlaces, se
entrecorta la voz o la imagen cuando llevamos un rato de charla. Todo son voces
y risas, algunas cervezas que se abren mientras picamos cebolla o rehogamos un
pollo.
Unos se rezagan,
otros van más avanzados. Todos nos apelotonamos al hablar, hasta el punto de
que alguien corta las voces para que se pueda oír bien al cocinero.
Esos espacios de
encuentro alimentan más que el plato que preparamos. Aprovechamos para
preguntar por la salud de uno o de otro, preocuparnos por los que no han podido
conectar.
Escribo ya cuando
el sábado se ha convertido en domingo. Reviso lo que redacté hace unas horas.
Busco en el recetario de la marquesa una propuesta fácil, tiene más de 300
postres, mucho tendría que durar el confinamiento para agotarlos todos.
Hoy elijo unos
sencillos buñuelos de fruta.
Se necesitan 500
gramos de fruta (peso neto), cualquier fruta vale. Aunque la receta no dice
nada, creo que es preferible hacer los buñuelos con una sola fruta, no
combinarlas.
Se necesitan
también 300 gramos de azúcar (yo los reduciría a la mitad), una naranja, un
poco de canela o de vainilla, un huevo, un poquito de vino blanco (preferiblemente
dulce) y harina.
Se pela la fruta, se
retiran las pepitas, si tiene, se pone en un cazo con el azúcar y el zumo
exprimido de una naranja. Se remueve de vez en cuando para que no se pegue
(fuego bajo). Ha de quedar una pasta uniforme que ha de dejarse enfriar. La
pasta ha de tener cierto cuerpo para que pueda amasarse después. Si queda muy
diluida se puede añadir una cucharada de almendra picada para que espese.
Mientras tanto se
disuelve una cucharada colmada de harina en un vaso pequeño de vino blanco y un
huevo batido.
Con ayuda de dos
cucharas se preparan pequeñas bolas de la pasta de fruta. Se pasan por la
mezcla de harina, huevo y vino. Sin solución de continuidad se fríen a fuego
vivo, con el aceite caliente, que chisporrotee. Hay que tener cuidado porque se
doran enseguida.
Se sacan y escurre,
dejándolas sobre papel absorbente para desgrasarlas.
Una vez frías, se
espolvorea un poco de canela, de azúcar glas o de vainilla en polvo y ser
sirven.
Viendo este cuadro
de Hopper pienso que hay días que uno se siente como se hubiera caído de la
cama en plena noche.
Utotestomfu-1996 Jared Ellenberg https://wakelet.com/wake/-_iifaxQXzuiZCCCXS9yV
ResponderEliminarcoabestlugoo
MstabacVin_ra_1985 Leslie Holloway Sketchup
ResponderEliminarInternet Download Manager
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afininhar