viernes, 22 de junio de 2012

CAP.CLVII.- Afogado y buscando la piedra filosofal del Coulant


Termina el colegio de los niños, se anuncia una ola de calor, en el trabajo cada mañana se convierte en la víspera del fin del mundo, la economía se despeña – hay quien habla ya de la “recrisis” – y la selección española no termina de encontrar el ritmo de juego. Con estos condicionantes es lógico que ande un poco desnortado.

Miro a mi alrededor y no veo a la gente mucho más centrada, no me consuela.

Llevo días revisando notas y recetas pensando en recuperar el pudin de la reina, una versión hispana del mítico budín noir francés, una receta contundente, puede que impropia de la época estival.

Enredado en estas tareas hoy he comida con mi hija en un sitio estupendo, de los de toda la vida, Los Villares de Bonanova, sólo por escuchar al jefe cantando la carta merece la pena entrar en ese restaurante, aunque a la hora de pagar es inevitable pensar que el clavo es excesivo, aunque en esta última visita algún efecto está teniendo la crisis ya que la sala estaba medio vacía y habían ajustado algo los precios, evitando sustos fuera de carta.

Puede que uno de los platos, el postre, pueda ser una brújula para estas semanas previas al verano; como la comida ha sido ligera me he animado con un coulant de chocolate, hecho al instante y presentado en un molde de cristal forrado de papel de plata. Un postre estupendo.

En casa tengo varias recetas de coulant, entre ellas la de Michel Brass, el padre del invento según los recetarios. Sin embargo no será la receta de Brass sino la reinterpretación que hace una chica con un blog que es una gozada – la receta dela felicidad: http://www.larecetadelafelicidad.com/2012/04/coulant-de-chocolate.html -. La receta que propone es muy sencilla y lo más útil es que además puede congelarse el preparado antes de hornearla para poderse darse un capricho o un homenaje sin tener que alborotar toda la cocina.

Ingredientes  (si los moldes no son muy grandes con estas medidas se pueden preparar dos docenas de coulants, un arsenal para momentos de crisis, las medidas son del blog citado):

 - 8 huevos medianos

 - 150 g de azúcar glas. (Pasado por un molinillo para que quede en polvo)

 - 150 g de mantequilla.

 - 250 g de chocolate para fundir (Los de cobertura de fundir son estupendos, y hay unos de la marca Valor que tienen forma de pequeños botones también da buen resultado y se funden más rápido)

 - 125 g de harina

 - 25 g de cacao puro en polvo.  

Preparación:

1. Se baten con vigor los huevos y el azúcar hasta que queden bien espumosos.

2. Se funde el chocolate al baño maría (va bien ponerle una pequeña nuez de mantequilla), el chocolate puede aromatizarse con un una ramita de canela, con unas semillas de vainilla o con una copita de ron moreno).

3. La mantequilla puede dejarse fuera de la nevera ya que cuando haya que mezclarla podrá ir bien que tenga ya la textura de pomada.

4.Cuando el chocolate fundido haya bajado un poco la temperatura se retiran los aromatizantes y se mezcla con la mantequilla y los huevos batidos – si se hace con unas varillas mejor .

 5. Queda sólo añadir la harina y el cacao, si se incorporan utilizando un tamiz o colador mejor para que la harina no se apelmacen.

 6. La base del coulant ya está preparada, hay que rellenar los moldes previamente engrasados con un poco de mantequilla y harina para que no se pegue la masa. El molde no debe rellenarse hasta arriba, hay que dejar uno o dos dedos, en función del tamaño del molde.

 7.Los moldes pueden guardarse rellenos y sin cocer en el congelador. De hecho es recomendable que incluso aunque no se quieran conservar haya que pasarlos por el congelador por lo menos una hora.

 8. Se hornean en un horno precalentado a 180 º C, introducimos los coulants, el tiempo de cocción 12 minutos. Se sabe que están cocidos cuando sube la masa y queda con la forma de una magdalena. Ojo con pasarse de cocción porque se pierde el efecto fundente del chocolate.



Se consumen calientes, recién salidos del horno, puede espolvorearse un poco de azúcar glas o cacao cuando se llevan a la mesa y acompañarlos con una bolita de helado de almendra o de vainilla puede terminar de orientar a quien lo coma.



Complementa el postre un cuadro del Picasso joven, una niña rebanando un tazón seguramente de chocolate.

3 comentarios:

  1. No todo es tan malo. El calor ha sido menos intenso, la roja ha encontrado el juego y la verbena siempre rejuvenece.

    Con el coulant ha pasado como otros muchos platos, de ser el postre estrella hace unos años y tener que pedirlo por anticipado a comprarlo congelado en la sirena.

    Te acuerdas en nuestra juventud que comer salmon era lo mas "in" y ahora el salmon es de los pescados de batalla. Y la llegada de las endivias al roquefort.

    Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar.

    Felicidades al chaval.

    Chupipandi

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  2. El cuadro es tan dulce y tierno como el coulant...

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  3. Que bueno el coulant, te recomiendo acompañarlo con helado o sals de turrón
    Que bonito el cuadro de la época azul de picasso

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