Pensaba que la tarea de hoy sería fácil,
sólo tenía que encontrar higaditos de pollo. Tenía claro que no los encontraría
en el supermercado, por lo que he ido directamente a la pollería – los aviram
catalanes -.
Sorpresa por sorpresa. Yo he cogido número
en la pollería y he pedido cuarto de kilo de higaditos de pollo. La dependiente
ha puesto cara extraña:¿Higaditos?
Sí.Higaditos.
Pues no tenemos higaditos.
¿Pero tendrán?
Nunca los hemos tenido.
Era curioso porque en el mostrador había
cerca de un centenar de muslos de pollo, otras tantas pechugas, por lo que lo
razonable es que guardaran en un cubo decenas de higaditos de los pollos despiezados;
sin embargo la dependienta parecía no saber que los pollos tenían vísceras y
que, además, se vendían.
Frustrado, le he pedido disculpas a la
pollera, he pensado que los pollos que tenía troceados en el mostrador eran
mutantes y que o bien los criaban sin vísceras, o bien las vísceras las emplean
para otros menesteres.
Sin higaditos de pollo me resultaría
imposible abordar la receta que había pensado para una cena este fin de semana.
Pensé que mi frustración sería transitoria
y que en la carnicería de al lado de casa me conseguirían los higaditos; mi
sorpresa ha sido que para hoy imposible y que, en el mejor de los casos me
recopilarían los hígados de los pollos que vendieran durante la semana para
asar – los troceados vienen troceados del matadero – y aducía razones
sanitarias para no poder pedirme los hígados al matadero; de hecho los que me
pudiera facilitar los conseguiría de modo clandestino.
Por lo tanto mi paté de higaditos de pollo
con aroma de Pedro Ximenez quedaba suspendido de un hilo.
Como la receta era de las de thermomix al
fallar uno de los ingredientes se me descarajó todo el ritual.
Mi sorpresa continua cuando veo me resulta
mucho más fácil conseguir hígado de pato de pollo, con los riesgos de un hígado
mucho más graso y, por lo tanto, mucho más fácil de deshacerse en el guiso.
Al final he comprado hígado de pato y me he
puesto a reinterpretar la receta. La llevo a mediohacer y hasta el jueves/viernes
no habré salido de dudas.
La receta finalmente la he hecho sin
thermomix.
Primero he comprado 200 gramos de pechuga
de pollo sin piel ni huesos. La he troceado y la he pasado por una sartén honda
con un vaso colmado de vino fino – la Guita -, una hoja de laurel y dos granos
de pimienta.
Cuando el vino ha empezado a hervir he ido
removiendo el pollo para que absorbiera bien el vino. Justo cuando lo ha
absorbido casi todo he añadido los trozos de hígado de pato y he seguido
removiendo. Enseguida han empezado a deshacerse y a mezclarse con el pollo.
Cuando el hígado estaba bien mezclado con
los trozos de pollo he apagado el fuego y he pasado la mezcla a un vaso de
batidora. Le he dado un par de viajes de batidora para terminar de deshacer la
carne y el hígado. Un poco de sal, un poco de pimienta blanca picada, una
copita de oloroso – Pedro Ximenez – y una pastilla de mantequilla (250 gramos);
que terminado de deshacer en la mezcla.
He volcado la pasta resultante en un molde
de silicona recubierto con papel film y ahora está enfriando sobre el mármol de
la cocina.
Cuando termine de enfriar lo meteré en la
nevera para que termine de cuajar y el miércoles espero probar el invento.
Si queda presentable habrá que congelarlo
para sacar unas lascas de paté y servirlas en tostada con una reducción de
Pedro Ximenez.
He renunciado a los higaditos de pollo pero
no al pollo, aquí tengo uno pintado por Goya y escondido en la pinacoteca de
Munich.
No sé si los alemanes tendrán algo que ver
con la desaparición de los menudillos del pollo.
¡Cómo cambian los tiempos¡¡ Hace añooooooss se vendían mucho en casquerías y se hacían encebollados. El hígado me ha gustado de todas maneras y crudo lo he comido mucho, con gran horror de quien me lo veía comer pues para mí es un manjar, pero hace años que no he tenido ocasión de probarlo, hasta el aceite de hígado de bacalao me gustaba. Rarita que soy. Pero a lo que vamos, ese paté que nos presentas tiene que estar perfecto. Jubi
ResponderEliminarDespués de muchos dias sin ponerme al corriente de tus entradas, entre las vacaciones y la rentrée, acabo de leer todo lo que has publicado en el verano y principios de otoño. En primer lugar, lo más importante, felicitarte por tu cumpleaños, te deseo lo mejor. En segundo lugar, los higaditos de pollo los encontrarás mejor en los supermercados que en las pollerías. En el Mercadona los venden en unas cajitas junto con corazones de pollo. En algún supermercado los encuentras solos, también envasados en cajitas. En las carnicerías árabes, también los puedes encontrar, al peso, pero no siempre, pero seguro que por encargo te los traen, y suelen ser más grandes, como de pollo de corral. Yo también hago una receta de paté con la thermomix y los suelo comprar, y queda muy rico. Ya dirás que tal sale el tuyo. Abrazos.
ResponderEliminarMari Carmen
Diosssss.......... Jubi !! higado crudooooo !!!!!!!!!
ResponderEliminarTenemos que tener una conversación tu y yo............
:-)
Dile, has de contarnos la cena del sábado y yo contaré el evento del martes. Como tu road manager.
LSC